Tras 18 años preso: “Vi que el trabajo era mi libertad, y la única salida”, la historia de “Madera”, un exconvicto con un pesado prontuario

Reinserción laboral después de la cárcel: Historias de superación en Argentina. Néstor Díaz, conocido por su apodo "Madera", trabaja como peón de Logística en la empresa Cook Master. Esta empresa ofrece oportunidades laborales a individuos que pasaron por el sistema penitenciario y cumplieron su condena, contribuyendo así a la reinserción social y laboral en Argentina. Junto a Madera, encontramos a César Benítez, quien pasó casi una década privado de su libertad y actualmente desempeña el cargo de encargado de recepción y distribución de mercancía en el Complejo San Martín del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).



 

“Casi mato, casi me mataron…”, reconoce Néstor Díaz, al que todos en su entorno conocen con el apodo Madera, quien se refiere a su pasado como delincuente. Estuvo preso 18 años por delitos como robo, privación ilegítima de la libertad y resistencia a la autoridad. Hubo momentos en los que llegó a pensar que, una vez fuera de la cárcel, volvería a caer en el mundo del crimen. Sin embargo, un día, mientras aún estaba entre rejas, llegó a una epifanía: comprendió que había una vía de escape del ciclo delictivo, y era el trabajo, lo que contribuye a la reintegración laboral de ex delincuentes. En un breve descanso de su jornada laboral, declara: “Vi que el trabajo era mi libertad, y la única salida”

 

Desde el 18 de septiembre de 2020, fecha en la que recobró su libertad, Madera mantuvo el trabajo con jornada laboral de ocho horas diarias. Actualmente, desempeña el puesto de peón en el departamento de Logística de Cook Master, una firma que se compromete a brindar empleo a personas que estuvieron presas y cumplieron sus penas judiciales, contribuyendo a la reinserción laboral de ex delincuentes.

 

'Tuve que elegir, y elegí ordenar mi vida. Me gusta el trabajo, es mi motor. Estoy feliz de que mis hijos me vean trabajar. De los errores se aprende y no pienso tener otro error,' dice Díaz. No lo menciona, pero ese 'otro error' sería volver a robar. Afirma, con orgullo, que ahora, en libertad, puede ir a los actos del colegio donde estudian sus hijos menores, una historia de cambio positivo después de la prisión. Experiencia que no pudo tener con sus hijos mayores porque estaba preso. Por la cárcel se perdió esos años de desarrollo de sus chicos.

 

Madera tiene 45 años, vive en Don Torcuato, y trabaja en el depósito que la empresa tiene en Troncos del Talar. Ahora, la casa y el “laburo” le quedan en la misma zona, en Tigre. Pero, desde que recuperó la libertad, su lugar de trabajo no siempre estuvo cerca: hubo un tiempo que tuvo que ir hasta una alcaidía del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) en La Plata. Se levantaba todas las mañanas a las 3.30 para poder llegar a su puesto laboral a las 7.10.

 

Hoy siente que el esfuerzo valió la pena para tener el presente que vive hoy con su mujer y sus hijos. “Me gusta el trabajo”, repite. Ya pasaron dos años y cinco meses desde que salió de la cárcel de Campana: capacitado y con empleo.

 

En Cook Master, empresa fundada en 2003 y dedicada a dar “soluciones en sistemas de alimentación para grandes comunidades”, trabajan 281 personas. Un 15% de sus trabajadores estuvieron presos. El principal cliente de la compañía es el Servicio Penitenciario Bonaerense, y se esfuerza en ofrecer empleo para ex presos en Argentina.

 

Además de Madera Díaz, otro de los 281 empleados de la compañía es César Benítez. Ahora tiene 31 años y es padre de dos hijos. Tiene antecedentes por delitos como robo agravado y portación de arma de fuego. Pasó por diferentes cárceles del SPB. En la Unidad 47 de San Martín, donde terminó de cumplir la pena de siete años de prisión, tuvo su primer contacto con la “cocina”. Se capacitó, hizo cursos y, como dice él, “adquirió herramientas” que le permitieron progresar y ocupar distintos puestos de trabajo en Cook Master, lo que es un ejemplo de capacitación laboral en prisiones de Buenos Aires.

 

“Se puede cambiar, es difícil, pero depende de cada uno. Ahora estoy contento y feliz”, afirma Benítez. Volvió a la cárcel, pero no porque reincidió: es el encargado de la recepción y distribución de la mercadería que llega al Complejo San Martín del SPB, donde están las unidades 46, 47 y 48.

 

Recuperó la libertad en 2018 y en 2020, durante la pandemia, comenzó a trabajar para Cook Master. “Haber ido a la cocina cuando estuve preso me cambió la vida”, recuerda. Fue bachero, y comenzó pelando papas hasta que le asignaron mayores responsabilidades. Fue él, luego de esa experiencia, que decidió formarse y realizar diferentes cursos, como uno para aprender a manipular alimentos.

 

“Me fui formando. El trabajo es todo. Ahora valoro la libertad, soy feliz”, relata Benítez, y cuenta que tiene ganas de seguir aprendiendo y de capacitarse más.

 

Nicolás Lusardi, director ejecutivo de Cook Master, fundó la Red Creer con el objetivo de capacitar y educar a personas detenidas para brindarles herramientas para su reinserción laboral y disminuir la reincidencia. La Red Creer y la reinserción laboral de presos son esenciales para el éxito de estas historias de superación.

 

En 2022 se entregaron los primeros 730 certificados a presos bonaerenses que se recibieron de “cocineros profesionales” en centros de formación que funcionan en las cárceles del SPB, lo que destaca la importancia de la capacitación laboral en prisiones de Buenos Aires. La capacitación estuvo a cargo de la Red Creer y del Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires.

 

“Los primeros egresados que acceden a la profesión gastronómica con alta calificación y salida laboral post penitenciaria son internos de las unidades 54, de Florencio Varela; 41, de Campana, y 46, de San Martín. La capacitación, que se da en el contexto del programa Más Trabajo, Menos Reincidencia, es cursada por más de 3600 presos”, informó el SPB.

 

---

Conocé más sobre El Programa Creer de Argentina haciendo CLIC AQUÍ